Nuestro "talón de Aquiles".


El siguiente párrafo fue extraído de Wikipedia. Posteriormente a su lectura, hago una reflexión que espero les sea de provecho.

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El talón de Aquiles es una expresión que se emplea para referirse al punto flaco o débil de una persona o cosa: «La avaricia es el talón de Aquiles de Fernando«.

Tiene su antiguo origen en la Ilíada, epopeya griega de Homero. Este poema está protagonizado por el héroe Aquiles, prácticamente invulnerable desde que fue bañado de bebé en las aguas sagradas del río Estigia por su madre Tetis. Sin embargo, su madre lo sostuvo por el talón derecho para sumergirlo en la corriente, por lo que ese preciso punto de su cuerpo quedó vulnerable, siendo el único lugar de su cuerpo en el que Aquiles podía ser herido en batalla.

Así, durante el asedio de Troya, batalla final de la guerra librada entre griegos y troyanos, Paris mató a Aquiles clavándole una flecha envenenada en el talón.

Por esta historia recibe también su nombre el tendón de Aquiles.
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Se suele decir que todos tienen su «talón de Aquiles». En otras palabras, se suele dar por entendido que todos somos débiles en algún punto.

El apóstol Pablo dijo:

«Y para que la grandeza de las revelaciones no me exaltase desmedidamente,  me fue dado un aguijón en mi carne,  un mensajero de Satanás que me abofetee,  para que no me enaltezca sobremanera; respecto a lo cual tres veces he rogado al Señor,  que lo quite de mí.
Y me ha dicho:  Bástate mi gracia;  porque mi poder se perfecciona en la debilidad.  Por tanto,  de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades,  para que repose sobre mí el poder de Cristo.
Por lo cual,  por amor a Cristo me gozo en las debilidades,  en afrentas,  en necesidades,  en persecuciones,  en angustias;  porque cuando soy débil,  entonces soy fuerte.»
2ª Corintios 12:7-10

Dios mismo ha permitido que permanezca en nosotros un aguijón, que nos «abofetee» para mantenernos a raya en cuanto a nuestro orgullo de considerarnos importantes por aquello que somos, o por lo que hacemos, o por todo aquello que los demás ven en nosotros.

En el momento en que este «aguijón» deje de molestarnos, será porque ya no estaremos viviendo en nuestro cuerpo carnal. Mientras debamos participar de la vida humana tal como la conocemos (carnal, sujeta a pasiones, finita), no podremos evitar el padecimiento que nos provocará nuestro aguijón (sea cual sea el que Dios nos haya asignado).

¿Acaso esto debe alentarnos a quitar dicho aguijón o a apartarnos de la realidad actual de vivir en el cuerpo? Yo creo que pensar de este modo sería un error.

El apóstol nos dice que «por amor de Cristo», se seguiría gozando de los padecimientos que llegaran a su vida en virtud de experimentar el poder de Dios que, tal como el Señor mismo le dijo, era perfeccionado en él precisamente gracias al aguijón.

En otras palabras, el aguijón que te molesta, el «talón de Aquiles» que tu enemigo ha encontrado y está utilizando para zarandearte, no es más que una herramienta en las manos de Dios para que puedas observar el inmenso poder que Dios posee para vencer esas pequeñeces que ahora ves como gigantes invencibles.

Para el Señor no existen los Goliat que puedan arrebatar o poner en ridículo tu fe.

Quizá por un tiempo parezca existir una extraña inclinación de la balanza y el enemigo puede estar sacando cierta ventaja momentánea.

La victoria final de toda lucha estará en tus manos si permaneces confiando en Dios.

Si pensamos seriamente, el día que Jesús fue llevado al sepulcro, luego de padecer de modo lento y brutal, nadie daba garantía alguna de que saldría de ese terrible ataque. Sin embargo venció a la muerte y Dios lo glorificó.

Cuanto mayor es la lucha, tanto más grande es la victoria que el Señor pondrá en tus manos.

Que el Señor te bendiga !

Una respuesta

  1. Todos tenemos un talón de aquiles, pero creo que fue permitido por Dios para que nos molestase constantemente y nos acerquemos a Dios constantemente para tranquilizar ese dolor. Pues al señor solo le interesa que le busquemos. El talon de aquiles no es malo, es bueno por eso que les digo. Ademas, lo podemos resistir. mi talon me hace buscar a Dios y reconocer quién soy en realidad.

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